Artículo y fotografía por Seeger Gray
Un perfil bilingüe sobre Daniel Cano, un chef que está distanciándose del ring después de 17 años de lucha como luchador en la área de Chicago.
El luchador Primo Loko se preparó para su última batalla real de Chicago Style Wrestling como cualquier otra – por cocinar un festín.
Daniel Cano se movió de un plato a otro. Troceó el pollo que había marinado durante una semana y espontáneamente mojó fresas en chocolate blanco y migajas de galletas. En la tarde antes de su show, contenedores envueltos en plástico llenaron su hogar.
Dijo que ha cocinado gratis para su “familia de lucha” durante años, su manera de dar gracias.
“Para mi, la lucha siempre era un lugar seguro”, dijo Cano. “Me gané el título de chef. Me gané el título de luchador profesional. Entonces me gusta igualarlas cada vez”.
Pero la fiesta que Cano estaba planeando también era una despedida agridulce a Chicago Style Wrestling y un distanciamiento de ser luchador – para su salud y su carrera.
El paso de Cano a la lucha empezó cuando era niño en Cicero, Ill.
“Todos eran aficionados en mi familia”, dijo Cano. “Yo y mi abuelo, nuestra pelea favorita era la batalla real”.
Saltó a la oportunidad para entrar en el ring en 2006 en un “fantasy camp” de Windy City Pro Wrestling – un campamento de tres días para desarrollar las habilidades físicas y los personajes de aspirantes a luchadores profesionales.
Cuando su idea original para su personaje se vino abajo, Cano recordó que ocurrió la idea de Primo Loko porque había deportaciones masivas en los barrios latinos en Chicago.
“Estaban echando muchas personas en autobuses y enviandolas a México”, dijo Cano. “Pensó, lo tengo: seré un inmigrante, seré Primo Loko. Y lo mio es que vuelvo a los Estados Unidos, y voy a ganar mi ciudadanía por aporrear a todos en Windy City Pro Wrestling”.
Por un poco de humor, cuando alguien le preguntó si había sido deportado a México, Primo Loko respondería, “¿Qué? ¡Soy de Canada!”
Cano ha sido un luchador desde 2006 mientras trabajaba principalmente como chef. A veces, sus dos carreras van de la mano.
El 22 de octubre, Cano proveé servicio de comidas para una bienvenida con dos luchadores antes de sus peleas en Cicero Stadium para IMPACT Wrestling.
“Me preguntaron si podía cocinar ese menú de estilo latino. Entonces fue más que solo una bienvenida para los aficionados. Fue algo que había trabajado toda mi vida para hacer”, dijo Cano. “Fue muy genial celebrar la historia de lucha libre”.
“Cuando me llamaron, no supe quienes iban a llegar. Pero cuando publicaron el volante y anunciaron en las redes sociales, vi que iban a traer Konnan y Juventud. No podía creerlo”, dijo Cano.
Aunque no trabaja solamente para las organizaciones de lucha, Cano dijo que los trabajos que encuentra por sus conexiones en el mundo de lucha son particularmente significativos.
“En un año, tuve la oportunidad de proveer servicio de comidas para WWE, AEW e IMPACT Wrestling. Y eso es un gran logro para mí”, dijo Cano.
Chicago Style Wrestling es más pequeña que esas organizaciones de lucha, y no pagó por el servicio de comida. Eso no le impidió a Cano darlo todo por un último festín.
En la tarde del 17 de noviembre, unas horas antes del show, Cano llegó al puesto 974 de la American Legion en Franklin Park, Ill., que frecuentemente es un sitio para los shows de Chicago Style Wrestling.
Arregló unos platos no perecederos y decoró la trastienda con luces de Navidad, papel de regalo y bastones de menta. Entonces trajo la alegría de las festividades afuera.
Cano ha luchado desde 2006 por su amor por la lucha libre, pero con sus 41 años, dijo que él ha “estado listo por unos años para dejar de hacer esto”.
Cano ha tenido dificultad con unos traumatismos en la cabeza con los años, pero dijo que ninguno ha pasado mientras estaba luchando. Sin embargo, dijo que sus traumatismos en la cabeza lo pusieron nervioso cuando está en el ring.
“No puedo oír por mi oído derecho. Y en la lucha, tiene que poder oír todo. Está comunicando mientras está luchando”, dijo Cano.
Dijo que las personas que tienen traumatismos en la cabeza no siempre saben cuando deben dejar de luchar, un problema que todavía existe en el mundo de lucha profesional.
“Muchos luchadores han tenido más que yo, y aún están luchando en la televisión. No sé como”, dijo Cano. “He aprendido que cada herido en la cabeza que he tenido después de mi primer traumatismo, se volvió peor y peor y peor”.
“Estoy llegando a una edad en la que no me molesta compartir mi historia, porque, pues, tal vez alguien pueda aprender de la”, dijo.
Cano no pasó mucho tiempo en la batalla real esa noche. Primo Loko entró en un ring lleno de luchadores, peleó con unos y fue echado sobre las cuerdas. Se fue caminando, y dijo adiós con la mano a la multitud con la frente en alto.
“Solo intentaba vivir mi sueño. Esa era mi meta, para luchar en una batalla real frente a una multitud grande”, dijo Cano. Ahora, su estimación es que ha luchado en 50 por lo menos.
Pero aún no fue su despedida. Durante los otros partidos, Cano fue con prisa a su casa para recoger el resto de la comida para la fiesta.
Cuando el show cerró, luchadores, amigos y familia entraron en la trastienda del puesto 974 de la American Legion. Uno preguntó a Cano, “¿Por qué nos malcrías?” antes de llenar su plato.
Con más trabajos de cocina en su futuro, incluso para AEW la semana después de la batalla real, Cano dijo que se considera su distanciamiento de la lucha como el comienzo de un capítulo nuevo. Dijo que eventualmente es posible que considere luchar otra vez, pero quiere enfocarse en buscar más trabajo estable como chef y priorizar su salud.
“Aprendí en la escuela culinaria, mientras que está vivo, siempre puede hacerlo mejor. Y por eso me esfuerzo cada día para ser la mejor versión de mí. Ni presión ni estrés”, dijo Cano.